Bajamos la cuesta, para coger la carretera hacia El Raso, y ahí nos metimos por la vereda del río. Un caminito de apenas 40 cm rodeado de zarzas... como para caerse ahí! Luego se abre y vas más cómodo y coges una carretera del canal bastante rota, y... empieza la subida. Una vez arriba vas por un camino de tierra anchito, viendo el río ahí abajo. Paisaje precioso inimaginable en Sanagus. Muy cómodo el camino hasta que empiezan las piedras, lajas y escalones de piedras muy sueltas, con una pendiente estupenda. Yo tuve que bajarme, muy duro. Caminos estrechos sin nada por un lado, ni nada por el otro... no apto para los que tengan vértigo. Luego llaneas por un camino muy bueno, y como ya he dicho, con unas vistas preciosas. Llegas a un azud, al que no llegamos a acceder del todo, pero bebimos un poquito, y hacia Pedrezuela...
Otro tramo (corto) con piedras y piedras y luego asfalto roto, y más piedras... Aquí cambia el paisaje. Es un páramo. Y sigues subiendo, con cambios de pendiente, pero subiendo. Ahí las piernas ya me dijeron "basta ya"... Pero ya casi estábamos a la altura de Pedrezuela. Un pelín de subida más y ya... Ya estamos en la carretera de Monteoliva, pero sigue un ratito más de subida hasta una caseta con un mirador. Parada obligatoria para echar un vistazo. Estamos en un punto alto, hemos subido unos 300 m de altura. Se ve toda la sierra de Madrid por el norte, y Madrid, con las torres de Plaza Castilla al sur. Menudas vistas!!
A partir de aquí, hasta el Raso, puedes no dar una sola pedalada...(si quieres). Cuesta abajo por una carretera de asfalto nuevo... y a coger velocidad.
Ya estamos terminando, el Raso, cuesta arriba y ya en casa.
Gracias a los chicos por esperarme en las cuestas y donde no podía seguirles, y mención especial a mi hermano, que no dejó de acompañarme ni un solo segundo. Lo pasamos muy bien, fuimos tranquilos, con paradas de turistas para hacernos fotos e incluso hasta contando chistes. Para repetir!





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