Yo les esperé en casa y cuando les vi aparecer a lo lejos, empecé a pedalear cuesta arriba para ir ganándoles terreno. La ventaja me duró bien poco... Como ya he comentado, son dos maquinones...
Hicimos casi la misma ruta que había hecho con Carlos un par de semanas atrás. A Jose le encantó y los tres disfrutamos mucho porque, aunque hacía algo de frío, lucía un sol de película.
No puedo dejar de agradecer a mis santos chicos su santa paciencia, sus constantes ánimos y su acople a mi ritmo, del que una vez me dejaron en casa al terminar, supongo que se resarcirían sobradamente y con gusto.
2 comentarios:
Monisimos, los Zipi y Zape biciclistas!!!!
Y no les falta un detalle a los niños ... frikissss,frikissss!!!
Jo peque, vaya trío, no me extraña que te enganches al biciclismo, mejor compañia imposible!!!
Bss.
Como para no engancharse....
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